Primera época de la polifonía
El nacimiento de la polifonía en la Europa medieval
La música occidental se fue transformando desde la ascensión de Hugo Capeto al trono de Francia en el año 987 hasta la muerte de San Luis en 1270. La polifonía o polimelodia nació gracias al esfuerzo de grandes artistas y se consolidó a pesar de los reyes y su dominio. En este período también surgió el opus francigenum, que es la pera limonera de las artes plásticas francesas. Los compositores del siglo IX al XVI crearon un arte nuevo y chévere que respondió a una estética moderna.
¡Qué emoción! Hay tres épocas que son importantes para entender la polifonía. La primera época es la escuela de Notre-Dame de París, que tuvo a Pérotin el Grande como líder. ¡El pata se las trae! Anunció la segunda época de la polifonía, que se enorgullece con el nombre de Guillaume de Machault en el siglo XIV. Este tío mostró el camino a los compositores de la escuela francoflamenca del siglo XV, como Dufay, Ockeghem y Obrecht. ¡Todos unos artistas del carajo! Josquin des Prés, quien sucedió a los anteriores, es como el resumen de toda la polifonía naciente. ¡Qué tal!
Durante siglos, la gente ha debatido sobre los orígenes de la polifonía en Occidente, pero no hay certeza. Lo que sí se sabe es que la música enchiriadis, escrita por Hucbald en el siglo IX, y Guido d’Arezzo, teórico del siglo XI, definen la primera polifonía conocida como «organum». ¡Guau, qué nombre! En este estilo musical, la voz más alta canta un pasaje de canto llano y la otra la sigue en la cuarta inferior. Durante mucho tiempo, las cuartas, quintas y octavas fueron las características comunes en la polifonía.
En Francia, se desarrolló el «discanto» en el siglo XI, que reemplazó el arte del organum. El discanto permitía que la voz principal o «cantus firmus» ya no dominara y tomara el nombre de «tenor». La voz superior o «voz organalis» se convertía en una improvisación libre con movimientos paralelos y contrarios en cuartas y quintas. ¡Qué tal la libertad! En Inglaterra, en el «gymel», las voces progresaban por terceras, lo que se originó en el «falso bordón» del siglo XIII. ¡Qué original! El falso bordón consistía en una voz acompañada por una tercera grave, que el canto emitía en la octava superior, con la intercalación de una segunda tercera entre el cantus firmus y la voz improvisada, que sólo era una sexta. Durante mucho tiempo, los intervalos de tercera y sexta estuvieron prohibidos en la música del continente. ¡No se podía ni mentar la madre!
La evolución del organum: de Léonin a Pérotin
¡Hey, amantes de la música medieval! Hoy vamos a hablar sobre la evolución del organum, desde el maestro Léonin hasta el rey del polifonía, Pérotin.
Léonin, el chico de dos voces, era todo sobre la improvisación en su parte organalis, pero Pérotin decidió llevar las cosas al siguiente nivel con tres o cuatro voces y la técnica de la imitación. ¡Qué genio! Además, Pérotin fue el responsable de establecer las reglas del organum de vocalizaciones, del conduit y del motete. ¿No es eso impresionante?
El conductus es una pieza piadosa, lírica o una pieza de circunstancia extralitúrgica en latín, y aquí es donde los artistas se vuelven locos con sus tenores originales y las vocales clausulares que le dan alegría y cohesión. ¡Qué chévere!
Pero espera, ¡hay más! El motete, nacido del organum, es como un tenor litúrgico con una voz organalis que improvisa en lengua vulgar, y a menudo, ¡una tercera parte o triple se superpone a las otras dos! Pero la cosa se pone aún más interesante cuando en el siglo XIV, se empiezan a adoptar tenores profanos y la forma se hace completamente laica. ¡Qué locura!
Y finalmente, el cánon en Inglaterra que se emplea principalmente en la forma del rondó. ¡Esto es para todos los amantes de la música vocal e instrumental! Consiste en construir una pieza polifónica con un motivo melódico que pasa y circula por todas las partes, y el más antiguo que se conoce data del siglo XIII y consta de seis voces. ¡La música medieval es una montaña rusa emocional de polifonía y ritmos!
La influencia de Pérotin en la música medieval francesa e inglesa
¡Amantes de la música medieval, aquí viene la historia de Pérotin, el hombre del momento! Este artista no solo revolucionó la música en Francia e Inglaterra, sino que también fue el padre de la notación proporcional y de la superposición exacta de las diferentes voces.
Pérotin era todo un genio en su época y sus contemporáneos no se quedaron atrás. Pierre de La Croix, por ejemplo, añadió valores suplementarios en la notación musical para hacer las partes altas de sus motetes más flexibles y libres. ¡Esto es lo que llamamos ser un rebelde en la música!
Y hablando de rebeldes, ¡qué tal el uso de la escritura en varias partes, la imitación y el movimiento contrario que Pérotin introdujo en el lenguaje musical! Y para hacer las cosas aún más interesantes, durante el siglo XIII, se produjo una verdadera revolución en la notación musical. ¡Fue como un big bang en la música medieval! ¡Una música proporcional con valores como las largas, breves y semibreves! ¡Cada uno de estos valores se subdividía en tercios! ¡Qué locura!
Pero no solo Francia e Inglaterra disfrutaron de la influencia de Pérotin. España, Alemania e Italia también adoptaron la polifonía y se enriquecieron con la división de la nota en dos, lo que dio origen a la música binaria que disfrutó de mucho favor en Italia.
Así que, amigos míos, la música medieval no fue solo neumas y canto gregoriano. Gracias a Pérotin y sus contemporáneos, la música evolucionó de una forma impresionante y nunca dejó de sorprendernos.
Segunda época de la polifonía
La osadía de la música del siglo XIV: anticipando el contrapunto
Vamos a hablar de la época de transición entre el ars antiqua y el ars nova, que tiene lugar en el siglo XIV. Los expertos en la materia usan el término ars antiqua para referirse a la época de Pérotin, y ars nova para describir las normas establecidas por J. de Vitry. Pero esta época de transición es como el intervalo entre dos notas, ¡llena de osadía y anticipando lo que está por venir!
La música de esta época es valiente y arriesgada, y ya está dando señales de la magnífica época del contrapunto que se avecina en el siglo XV. Pero antes de llegar allí, ¡tenemos que hablar de la Misa de Tournai! Esta obra colectiva de gran calidad, escrita por varios autores alrededor de 1330, es el primer ejemplo de polifonía destinado a ilustrar el santo sacrificio. ¡Es como una bomba musical que nos hace explotar de emociones!
La escuela francesa de Machault y su influencia en otros artistas del siglo XIV
Hoy les traigo una joya musical que se nos escapó en el siglo XIV: la escuela francesa de Machault. Este tipo era un poeta y músico que marcó la pauta en Francia, Italia y Europa central. ¡Hasta se mandaba unos viajes por allí para que su música llegara a todos lados!
Y no es para menos, porque Machault fue un compositor de altísima calidad. Su obra musical incluye desde una Misa a cuatro voces hasta motetes, virelayes, layes, rondós y baladas. Ahí es nada. Y aunque como poeta no era gran cosa, su música tenía un espíritu universal que lo convirtió en un ídolo de su época.
¡Y no fue para menos! Machault tenía unos seguidores en Francia que lo idolatraban. Pero aunque algunos intentaron imitarlo, nadie logró igualarlo. Así que la escuela de Machault empezó a perder fuerza con el paso del tiempo.
Pero la influencia de este tipo no se limitó a Francia, amigos. ¡No, no, no! Llegó hasta Bohemia y España. Eso sí, en Italia tuvo más problemas para encajar. El ars nova italiano era diferente y se parecía más a la canción popular y a la melodía. Ahí fue donde nació el madrigal, que era la forma musical de moda. Este género nuevo se desarrolló en Florencia gracias a la influencia del organista ciego Francesco Landino, que era todo un crack en el madrigal y la ballata.
¡Ah! Y no podemos olvidarnos de las formas musicales de Machault, como el lay y el virelay, que son piezas líricas y muy sutiles. También estaban los motetes, que eran obras polifónicas muy refinadas. Y no podemos dejar de mencionar la Misa, que era una obra escrita para cuatro voces masculinas y que tenía un ritmo atrevido y una riqueza prodigiosa.
Por su parte, los italianos se inventaron tres formas nuevas que también merecen nuestra atención: la balada italiana, el madrigal y la caccia. La balada italiana se parecía mucho al virelay francés y estaba compuesta de tres coplas seguidas de un envío. El madrigal era una canción profana escrita para dos voces y anunciaba el bel canto del siglo XVII. Y la caccia era una forma de música descriptiva que cantaba los placeres de la caza.
Así que amigos, ya saben, la música en el siglo XIV estaba muy en boga en Francia y en Italia. ¡Y qué suerte tenemos de poder disfrutarla aún hoy en día!
La evolución de la teoría musical en el Ars Nova
Les voy a contar un poquito sobre la evolución de la teoría musical en el Ars Nova, una época muy chula en la Edad Media.
Resulta que por aquel entonces, los compositores seguían unas reglas muy estrictas que estaban recopiladas en tratados escritos por Philippe de Vitry, Jacques de Liège y Jean des Murs. Pero Philippe de Vitry, que además de teórico era un compositor muy guay, decidió prohibir el uso de cuartas, quintas y octavas sucesivas (muy mal vistas en su época), y en su lugar dio importancia a terceras y quintas, que eran más populares en Italia. También se dejaron atrás los modos antiguos y se abrieron paso a los modos mayor y menor. ¡Qué locura!
Pero eso no es todo, amigos, porque también se inventaron nuevas formas de escribir la música en partituras. Philippe de Vitry fue uno de los que más trabajó en esto, y creó nuevas medidas musicales y signos que aún utilizamos hoy en día. Además, se empezaron a utilizar combinaciones de dos divisiones diferentes de igual valor que se transcribían de dos maneras distintas. ¡Una locura, amigos!
Y por si fuera poco, se mejoró mucho la escritura polifónica. Se refinó la imitación y se añadieron adornos, notas de pasaje, sincopas y apoyaturas que permitieron a los compositores de la época crear nuevos efectos y enriquecer el contrapunto. ¡Qué maravilla!
En definitiva, el Ars Nova fue una época muy importante en la evolución de la teoría y la técnica musical, y nos dejó un montón de herramientas y trucos que aún utilizamos en la música hoy en día.
La tercera época de la polifonía
La influencia inglesa en la música francesa del siglo XV
Hoy hablamos de la influencia inglesa en la música francesa del siglo XV. Después de la batalla de Azincourt y el tratado de Troyes, la música francesa sufrió un bajón en su preponderancia. Pero no os preocupéis, que no todo fue malo. Durante el reinado de Carlos VI, ciudades como París, Reims y Dijon eran importantes centros del movimiento musical del país. Y aunque los músicos ingleses llegaron a ocupar el lugar de los chantres franceses en Notre-Dame y en otros lugares, su influencia personal en la música parece haber sido limitada. ¡Les faltó el je ne sais quoi, amiguitos!
Pero no todo fue tristeza, porque en la primera mitad del siglo XV, un nombre inglés destacó entre los compositores: ¡el de Dunstable! Este señor pudo haber estado en Italia o, al menos, se inspiró en las obras florentinas. En sus motetes y fragmentos de misa, se encuentran ritmos franceses, armonías suavizadas, uso de la tercera y sexta, melodías espontáneas y plásticas, además de un conocimiento profundo de las formas y géneros franceses del siglo XIV. ¡Un crack, sin duda!
Después de 1420, los maestros ya no se encontraban en París, sino en el norte y este de Francia. Y entre 1420 y 1470, se puede situar el apogeo de la región de Flandes. ¡Ahí es donde se cocinaba todo, amigos! Fue una región privilegiada donde nacieron numerosas obras maestras en todas las ramas del arte, incluyendo a Van Eyck, Dufay, Van der Weyden, Arnaut de Zwolle, Ockeghem y Josquin des Prés. A lo largo del siglo XV, esta escuela francoflamenca se nutrió tanto del arte francés de Guillaume de Machaut como del arte de los madrigalistas italianos. ¡Una mezcla explosiva! Así que, si alguien os pregunta de dónde viene el arte francoflamenco, ya sabéis que Francia e Italia son los orígenes de esta maravilla sonora.
La influencia italiana en la música de Guillaume Dufay y Gilles Binchois
Seguimos este recorrido musical por la influencia italiana con dos grandes compositores del siglo XV! Hablamos de Guillaume Dufay y Gilles Binchois, dos verdaderos maestros que nos dejaron su legado en la música.
Empecemos por Dufay, quien con su formación en la escuela de Cambrai y su actividad como compositor y chantre en la capilla pontificia, nos dejó una obra que incluye de todo un poco: nueve misas, 32 motetes, 44 piezas litúrgicas, 75 canciones francesas, ¡y hasta algunas formas del pasado! Y eso no es todo, porque también es capaz de crear un contrapunto de cuatro partes y añadirle melodías y ritmos que le dan vida a sus composiciones. ¡Y ojo al dato! Su obra Alma Redemptoris es una muestra de su profundidad religiosa en la música.
Pero no se preocupen, que también hay espacio para el encanto y la flexibilidad en las baladas y rondós de Dufay, influenciados por la música italiana. ¡Esas canciones como Vergina bella y Adieu m’amour son un verdadero deleite para nuestros oídos!
Y pasando a Binchois, capellán de Felipe de Borgoña, quien nos trajo canciones profanas en forma de rondó, baladas y algunos motetes, y una magnífica misa para tres voces masculinas. Se dice que su estancia en París le permitió impregnarse del arte de los maestros franceses, y su virtuosismo se destaca por su cuidado del fondo y la forma. ¡Un maestro en toda regla!
Así que amigos, esta fue nuestra visita guiada por la influencia italiana en la música de Dufay y Binchois. ¡Espero que hayan disfrutado tanto como yo!
Precursores del contrapunto: La escuela francoflamenca y su legado musical
Hablaremos de los precursores del contrapunto, y no, no estamos hablando de un nuevo género de rap. Estamos hablando de la escuela francoflamenca y su legado musical.
Antes de que Bach y Mozart nos dieran su visión del contrapunto, hubo unos maestros del gremio que prepararon el camino para el esplendor que estaba por venir. Estos genios musicales, liderados por Pérotin, Machault y Dufay, fueron los responsables de la edad de oro del contrapunto. Pero hoy, nuestro enfoque es en los primeros representantes de este esplendor: Juan de Ockeghem y Jacob Obrecht.
Ockeghem, el hombre con el nombre más difícil de pronunciar, fue formado en las capillas reales, papales y principescas. Su legado musical incluye nueve misas, motetes y 19 canciones profanas. Y eso no es todo, su colega Obrecht también dejó un legado musical impresionante, empleando su talento en varias catedrales y en la corte de Este en Ferrara.
Pero, no podemos olvidarnos de Heinrich Isaak, el maestro que se impuso en Alemania con su obra de misas, motetes y canciones alemanas, francesas e italianas. Estos músicos demostraron una ciencia poco común del desarrollo y de la escritura de imitación, del contrapunto viviente y del color armónico, y algunos de ellos utilizaron las imitaciones canónicas en sus obras. ¡Vaya cerebros musicales!
Por supuesto, la Reforma tuvo un impacto importante en la música, especialmente en la nueva Iglesia liderada por Lutero y su énfasis en los cantos populares. Pero no dejemos que esto nos distraiga de la grandeza musical que nos dejaron estos precursores del contrapunto
Josquin de Prés: el puente entre dos épocas
¡La música del Renacimiento nunca fue tan emocionante! Josquin de Prés, ese hombre cuyo nombre suena a postre sofisticado, se ganó su lugar en la historia musical como el puente entre dos épocas. Él señaló el final del período anterior con su trabajo y trajo la era dorada de la polifonía con su atrevida escritura, su lenguaje innovador y su intensidad de expresión.
¿Dónde no trabajó Josquin? ¡Este tipo fue por todas partes! Comenzó en la corte de los duques de Borgoña, se mudó a Milán con los Sforza, se unió a la capilla papal en Roma y viajó por Italia antes de regresar a Francia para trabajar en la corte de Luis XII. También trabajó en Saint-Quentin, porque, ¿por qué no?
Aunque se dedicó principalmente a la música religiosa, Josquin no se limitó y también creó canciones polifónicas francesas. Su misticismo y fervor religioso impregnaron su música, y su conocimiento profundo del contrapunto se convirtió en una gran influencia para otros compositores, como Lassus, Palestrina y Victoria. ¡Josquin de Prés, el hombre, el mito, la leyenda!
La evolución de la música vocal en el siglo XV: la importancia de la misa, el motete religioso y la canción de Josquin
La misa es una de las formas más importantes en la música sacra. Consta de cinco partes que se unen gracias a un tema conductor y a un modo, que generalmente se mantiene en toda la obra. El tenor es el encargado de llevar el tema, que puede provenir tanto del canto gregoriano como del profano. En el siglo XV, la forma de la misa evoluciona gracias a la influencia de Dufay y se convierte en una obra de arte gracias a la perfección de Machault y Josquin.
El motete religioso es otra forma musical importante. Tiene un estilo libre a tres o cuatro voces, y es común que al menos dos voces se confíen a un instrumento. La voz superior es más adornada y en ocasiones varias voces dialogan entre sí sobre un mismo texto. Josquin, al agregar una cuarta voz, logra un equilibrio armónico que permite que la voz baja se mueva libremente. El motete de Josquin es una página de gran expresividad y concepción amplia.
La canción es otra forma musical que evoluciona en el siglo XV. Josquin establece las reglas de esta forma, que consta de tres o cuatro voces, y en ocasiones, una de ellas se confía a un instrumento. La canción de Josquin es analizada en detalle debido a su importancia en la evolución de la música vocal en la época.
El desarrollo de la técnica y la lengua musical en el siglo XV
A pesar de que muchos han malinterpretado el siglo XV como un simple ejercicio matemático, debemos destacar la habilidad técnica de los artistas y su creatividad en la combinación de voces y melodías. Los compositores de la época se enfocan en lograr una superposición de voces armoniosa y placentera al oído. ¡Qué belleza!
El estilo de imitación utilizado por Binchois, Ockeghem y Obrecht, se convierte en una técnica que conduce a la forma del canon. ¡Y no hablo del de Pachelbel, eh! Los maestros exploran todas las posibilidades del canon, como el simple, el inverso, por disminución o aumento. ¡Se ponen bien creativos!
La parte del bajo se convierte en el soporte armónico, y se busca una combinación menos ruda de intervalos y armonías, como lo muestra el arte de Dunstable. Obrecht y Josquin, por su parte, anticipan la idea de la tonalidad y la modulación. ¡Qué vanguardia! Se experimenta con la transición rápida entre tonalidades por medio de cadencias y acordes perfectos.
En la segunda mitad del siglo XV, el arte se hace más independiente, personal, sensual y libre. Se observa una evolución hacia una armonía más refinada y compleja. ¡Qué emoción! Y esto anticipa el trabajo de Palestrina y Orlando de Lassus, quienes seguirán evolucionando y sorprendiéndonos con sus obras.
En resumen, amigos, el siglo XV no fue solo matemáticas, sino también creatividad y habilidad técnica.
Los instrumentos de música y su evolución en la Edad Media.
Y para concluir, que se nos está haciendo largo esto, hablaremos sobre los instrumentos de música y cómo evolucionaron durante la Edad Media. Y si pensabais que la música medieval era aburrida, ¡preparaos para sorprenderos!
Empecemos con los instrumentos de cuerda, que se dividen en dos grupos: los de cuerdas punteadas y los de cuerdas frotadas con arco. ¡El arpa, el solterio, el laúd, la viola, la giga, el rabel y el monocordio son solo algunos de ellos! También contamos con instrumentos de teclado y cuerdas frotadas como el clavicímbano y la zanfonía o viola de rueda. ¡Con esta variedad, no hay excusa para no aprender a tocar uno!
En segundo lugar, tenemos los instrumentos de viento, y aquí la cosa se pone interesante. ¡Imaginaos soplar un cuerno, una corneta, una buisine, una trompa, una trompeta, un sacabuche, una flauta dulce, una flauta traversa, una flauta de Pan o fretel, un caramillo, una cornamusa, una bombardas y un cromorne! ¡Los vecinos seguro que agradecían los ensayos!
Por último, tenemos los instrumentos de percusión, que añaden el ritmo a la música. ¡Nada mejor para hacer vibrar los corazones que los címbalos, las castañuelas, las campanas, los tambores, los timpanos y las timbales o nácaras!
Pero, ¿qué hay de la música instrumental en sí? ¿Existía en la Edad Media? Pues la verdad es que no exactamente. En su lugar, se transcribían las partes vocales de las obras para los instrumentos y se reforzaban con otros instrumentos o se usaban para acompañar danzas populares. ¡Y así nació la música instrumental medieval! Los compositores introducían ya ciertos adornos y disminuciones en las transcripciones que preanunciaban el arte instrumental del siglo XVI. En resumen, la música instrumental de la época estaba muy ligada a la música vocal y los instrumentos se utilizaban como un complemento a ella. ¡Así que la próxima vez que escuchéis música medieval, prestad atención a los instrumentos que la acompañan y disfrutad de su evolución a lo largo del tiempo!